La vaquita marina, o cochito, es un cetáceo endémico de las aguas del Golfo de California, la más pequeña de la familia de las marsopas, y la única subespecie que vive en aguas cálidas. En su edad adulta, llega a medir 1.5 metros de longitud y pesar 50 kilogramos y se alimenta de pequeñas especies como crustáceos, peces y calamares.
La vaquita marina es una criatura solitaria, misteriosa y elusiva, por lo que se conoce muy poco sobre su ciclo de vida, y de hecho, buena parte de la información que se tiene se ha obtenido a partir de la observación de especies similares. Al contrario de otros cetáceos, como las ballenas y los delfines, la vaquita marina no ejecuta saltos fuera del agua, sino que se mantiene dentro de ella, y emerge por unos cuantos segundos para tomar aire. Se sabe que su expectativa de vida es de 20 años y que a los 3 inician su ciclo reproductivo, que sucede durante los meses de primavera y verano y su periodo de gestación dura entre 10 y 11 meses, luego de los cuales nace una sola cría, que permanece con su madre hasta los 6 meses aproximadamente. La vaquita marina prefiere vivir en zonas poco profundas y cercanas a la costa, donde pueden encontrar una gran variedad de nutrientes.
Esta tímida criatura, cuyo único hábitat se localiza en el extremo septentrional del Golfo de California, se encuentra hoy en día en peligro inminente de extinción. En 1997 el número de vaquitas marinas era 600, hoy en día su población se reduce a apenas 30 ejemplares. Tristemente, el destino de la vaquita marina está ligado al de otra especie amenazada, la totoaba, un pez originario de las aguas del Golfo de California, que se ha convertido en un artículo de lujo de moda entre las clases adineradas de China, debido a las supuestas propiedades medicinales del buche, o vejiga natatoria, de este animal. Las vaquitas marinas quedan enredadas en las mallas de pesca y mueren ahogadas. A pesar de los grandes esfuerzos que se realizan desde hace más de dos décadas por salvar a este pequeño y hermoso cetáceo, la pesca ilegal de la totoaba ha sido irrefrenable, ya que la demanda de buche de totoaba es altísima en China y Hong Kong, y su precio supera incluso el de la cocaína. El declive en la población de la vaquita marina ha sido tan drástico, que se teme que la especie se extinga por completo antes de que termine 2018. A pesar de este sombrío panorama, los defensores de este bello animal no se dan por vencidos, y actualmente existe un comité internacional para la recuperación de la vaquita marina. Hoy en día, la estrategia es capturar a los ejemplares que aún quedan con vida y trasladarlos a una zona fuertemente protegida por la marina, aunque lo que más urge es encontrar medidas para frenar la pesca con red en el área. En 2015, el gobierno mexicano anunció un programa de rescate y conservación de la vaquita marina y la totoaba, que incluye vedas y programas de apoyo para los pescadores locales. En este momento es difícil saber si la vaquita marina sobrevivirá, aunque los científicos encargados de su rescate se niegan a darse por vencidos, ciertamente, estamos ante la última oportunidad de salvar de la extinción a esta peculiar criatura, que sin duda tiene un papel importante en su propio ecosistema y en la biodiversidad de nuestro país.