Frente de la catedral |
Construida en el siglo XVI entre los años 1530 y 1536, según Diego Muñoz Camargo. El templo consta de una sola nave, con techado de madera a dos aguas, y la cubierta es de viguería, adornada por un magnífico artesonado de madera de estilo mudéjar, muy bien conservado y de hecho uno de los últimos de su tipo que aún quedan en el continente Americano. La cúpula del templo es de forma octagonal y con un convento como parte de sus terrenos.
Cuenta con una capilla abierta, una capilla posa y otra anexa al templo. Una de las características que hacen única a la catedral es que la torre de su campanario se encuentra separada del conjunto.
Fue uno de los primeros templos católicos levantados en el continente americano, y constituyó un importante centro de evangelización en la zona. Cuenta con tesoros arquitectónicos y artísticos de importante valor cultural.
Se ubica en la ciudad de Tlaxcala, capital del estado de Tlaxcala, a un lado de la plaza de toros más antigua del país. Un paso oculto sobre las arcadas de la calzada une al convento con el aislado campanario. Al continuar el recorrido se llega a la portería que se integra de otros tres arcos que dan hacia el poniente. Su aspecto sobrio indica que su construcción se debe a alarifes indígenas.
El escudo con el león de Castilla, que aprisiona entre las zarpas delanteras a un águila, se encuentra frente a los arcos de la portería, y por la inscripción de 1629, deducimos que conmemora el centenario de la construcción de tan magnífica obra. Los amplios salones y corredores sirven hoy al Museo Regional de Tlaxcala.
Interior del convento |
En la actualidad, el convento franciscano de Tlaxcala no tiene un atrio amplio y de dimensiones regulares como suelen tenerlo los conventos novohispanos del siglo XVI. Es una superficie relativamente reducida, que se extiende al poniente de la iglesia y el monasterio. El atrio tiene forma trapezoidal, con dos lados mayores de 121 y 131 metros, de norte a sur, y dos menores de 21 y 42 m, de oriente a poniente, por lo que resulta un atrio alargado. En época primitiva, el atrio fue mayor y por lo tanto tuvo otro aspecto, al formar parte de él los terrenos que se extienden al sur del templo, incluyendo el espacio ocupado hoy por las capillas laterales, las cuales son edificaciones posteriores. Un segundo atrio fue creado tempranamente en el siglo XVI, quizá para contar con un terreno más cómodo y de mayores dimensiones para la gran concentración de indígenas catequizados. Nos encontramos así con el primer punto atípico de este convento: la existencia de dos atrios. El nuevo atrio se extendía al poniente del monasterio, pruebas de la existencia de este segundo atrio son, primero, la propia capilla abierta, erigida en la ladera del montículo y orientada hacia la parte baja que se extendía al poniente y, segundo, las noticias que de él registran los cronistas franciscanos.
Ambos atrios fueron creados, al igual que tantos en el siglo XVI, para esa función tan específica y primordial del momento de la conquista espiritual: la reunión y la evangelización de las masas indígenas, que en Tlaxcala se llevó a cabo con éxito, ya que el mismo Hernán Cortés, a su paso por allí, dejó la base de la catequización al haber bautizado entonces a los cuatro caciques tlaxcaltecas. Los atrios fueron el lugar esencial de ese trabajo: allí los frailes adoctrinaban, impartían sacramentos, enterraban difuntos, enseñaban a leer y escribir, montaban obras teatrales, realizaban procesiones y decían misa.