El mariachi es un género de música tradicional desarrollado principalmente en el occidente y norte de México, y difundido ampliamente en el mundo entero como una manifestación cultural de nuestro país. Por extensión, se conoce también como mariachi a las y los músicos dedicados a este género —nombrados también como mariacheros—, y a las agrupaciones musicales en sus expresiones conocidas como mariachi tradicional y mariachi moderno.
Cuando escuchamos la palabra mariachi, de inmediato viene a nuestra mente una infinidad de pensamientos: Garibaldi, las trompetas, el traje de charro, las canciones despechadas y bravías, la juerga, José Alfredo Jiménez o Lola Beltrán...
Las asociaciones son innumerables y con todas, sin excepción, el mexicano hace alarde de su patriotismo, su tierra y su raza. Quizá no sea tan arriesgado afirmar que la mayor parte de los habitantes de México se siente identificada con el mariachi, lo siente suyo y lo acepta como un digno representante del país en el extranjero.
Sin embargo, ¿qué es lo que sabemos acerca de esta tradición? ¿De verdad nació en Cocula como reza aquella inmortal canción que interpretara Jorge Negrete? Sin ir más lejos, ¿qué significado tiene la palabra mariachi?
A nivel popular e incluso muchos diccionarios enciclopédicos afirman, el término mariachi se deriva de la palabra francesa “mariage”, que quiere decir matrimonio.
Este supuesto se basa en la creencia de que en los tiempos de la Intervención Francesa (acaecida en 1862), durante una boda de rancheros en un poblado de Jalisco llegaron unos soldados franceses, quienes sorprendidos ante tal jolgorio, en el que los músicos tenían un papel muy importante, preguntaron sobre aquella fiesta. El interlocutor lógicamente contestó: “C’est un mariage” (en francés), y así fue como los franceses denominaron al conjunto musical.
Para el investigador Jesús Jáuregui, esta hipótesis galicista se comenzó a manejar desde las primeras presentaciones radiofónicas en la Ciudad de México, del mariachi de Concho Andrade, precursor de estas agrupaciones en la capital.
El autor de “El mariachi. Símbolo musical de México”, cita en su libro un texto tomado de El Universal Ilustrado del 9 de agosto de 1925: “El Mariachi [...] arranca, que se sepa, de la época de la Intervención Francesa, y su voz original significa, en francés, matrimonio; que por una frecuente corrupción vino a parar en ‘Mariachi’.
Con el paso del siglo XX, algunas investigaciones y descubrimientos refutaron este supuesto galicista y surgieron nuevas explicaciones sobre el término.
Ricardo Espinosa afirmaba en su columna “Como dijo” -publicada en El Sol de México el 8 de abril del 2001- que el vocablo mariachi deriva de un canto aborigen a la Virgen María, en el que se mezclan el náhuatl, el español y el latín. “Este canto empezaba diciendo ‘Maria ce son’... que quería decir ‘te amo María’”.
Según Espinosa, la teoría es resultado de las investigaciones del canónigo Luis Enrique Orozco, historiador de la arquidiócesis de Guadalajara, basadas en un documento encontrado en Cocula que data del año 1695.
Lo cierto es que el manuscrito de Rosamorada, Nayarit, constituye el testimonio más antiguo del uso del vocablo antes de la Intervención Francesa.
El documento consiste en una carta fechada el 7 de mayo de 1852, escrita por el presbítero Cosme de Santa Anna al arzobispo Diego Aranda y Carpinteiro, en la que se quejaba de las escandalosas celebraciones de los pobladores con motivo del Sábado de Gloria.
Jesús Jáuregui reproduce en su libro un extracto del documento:
“Al acabarse los divinos oficios de mi parroquia en el sábado de Gloria, encuentro en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable; sé que esto es en todos los años en los días solemnes de la resurrección del Señor, y sólo que ya sabemos cuántos crímenes y ecsesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos, mariachis.
Para el escritor Hermes Rafael, presidente de la Academia de Folclor de la Sociedad de Estadística y Geografía y autor de “Origen e Historia del Mariachi”, está claro también que la raíz francesa del término es solamente un mito.
El estudioso plantea que la palabra surgió entre el pueblo coca, en Cocollan, asentamiento que después de transformaciones y desplazamientos se convertiría en la actual Cocula, Jalisco.
La raza coca, según el autor, surgió como producto de la mezcla entre otomíes y nahuas, y habitó la llamada región de Chimalhuacán. El investigador asegura que desde tiempos prehispánicos este pueblo le dio un lugar central al canto y a la música en su vida.
Hermes afirma que la palabra mariachi es un regionalismo que contiene la mezcla de voces cahítas y tarahumaras, y cuyo significado se traduce como “lo que suena en corrido”, concepto que alude a la rapidez con la que los músicos ejecutaban sus instrumentos.
Con el paso del tiempo y la ubicación geográfica del pueblo coca dentro de la región -la cual fue modificándose a causa de ciertos factores climáticos-, el significado de la palabra cambió a “lo que suena en el cerro” o “violines del cerro”.
Conforme los músicos de mariachi bajaron de la serranía y abandonaron Cocollan se dieron a conocer en otros pueblos -principalmente después de la etapa de Independencia-, por lo que dichas acepciones perdieron fuerza y al final el término mariachi significó solamente la propia agrupación.
Sin embargo, para Jáuregui también el origen coca del término, e incluso del conjunto, es discutible, puesto que el vocabulario en el cual se basa la existencia de dicha lengua contiene apenas 100 palabras y fue dictado en 1907 por el indígena coculense Ignacio Rodríguez Nixen al investigador Dávila Garibi, cuyos planteamientos han sido la base fundamental de la hipótesis autoctonista. Además, se ha demostrado que varias de esas voces pertenecen a la lengua náhuatl.
Otro documento, el de Tlalchapa, Guerrero, del año de 1859 (la segunda fuente más antigua en que se registra la palabra mariachi y que, por cierto, también se ubica con anterioridad a la Intervención Francesa), hace referencia a los músicos como "mariache", compuesto de arpas, violines y tambora.
Esta descripción fue realizada por el padre Ignacio Aguilar en una misiva fechada el 3 de mayo de 1859, día de la Santa Cruz.
La palabra mariachi no siempre ha servido para designar a las fiestas o al conjunto musical. Antiguamente se refería también al tablado o tarima sobre la cual zapateaban los danzantes que tradicionalmente acompañaban a los músicos, y al árbol del que se obtenía la madera para fabricar dicho tablado.
Las últimas dos acepciones fueron diluyéndose conforme el conjunto de mariachi fue experimentando diversas transformaciones al llegar a la Ciudad de México, entre ellas el hecho de que su música dejara de bailarse entre la gente citadina.
Queda entonces entendido que la hipótesis galicista es falsa; sin embargo, dado que los registros más antiguos que se tienen acerca de la palabra y del conjunto son muy recientes, es difícil establecer un significado único del vocablo y más complejo aún determinar el lugar de origen del mariachi, sobre todo si tomamos en cuenta que la existencia histórica de este grupo musical no ha sido exclusiva de Jalisco, sino que también está presente en regiones de Nayarit, Michoacán y Guerrero.
Se concluye, por lo tanto, que todas las acepciones del término fueron válidas en su momento, ya que en palabras de Jáuregui “la lengua es una realidad dinámica y las palabras en el espacio y el tiempo rara vez son unívocas […], generalmente son polisémicas y significan lo que la colectividad entiende por ellas”.
En cuanto a la fecha y lugar de nacimiento de la agrupación, es inútil fijarlos con verdadera certeza, porque a fin de cuentas el mariachi es una institución basada en una tradición oral que pasó de generación en generación entre los habitantes del occidente de México, y en la que se fundieron rasgos indígenas, españoles e incluso africanos.
Por lo tanto, el mariachi actual es resultado de un genuino mestizaje que incluyó la música, el canto y la danza, aunque al arribar a la capital mexicana y darse a conocer al mundo en los años 20 del siglo pasado, su esencia se haya modificado completamente.
El mariachi, es una agrupación musical conformada generalmente por un número mínimo de tres integrantes. Se toca usando guitarra, guitarrón, violín y trompetas, aunque en ocasiones se le añaden flauta y arpa, e incluso acordeón en ciertas regiones.
Arpa jarocha | Guitarrón | Guitarra |
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Guitarra quinta | Vihuela | Violín |
Tradicionalmente, los marichis interpretan sones del occidente de México, y desde la década de 1930 incluyeron en su repertorio rancheras, corridos, huapangos, sones (jarochos y huastecos), boleros y valses mexicanos.
Trompeta |
Los primeros conjuntos de mariachi vistieron atuendos cotidianos de los campesinos de los estados de Jalisco, Colima y Nayarit. Sus atavíos eran hechos de manta de algodón y usaban un sombrero de paja de trigo o de palma. A principios del siglo XX, tal como hacían los integrantes de las orquestas típicas, los mariachis comenzaron a presentarse con el traje de charro.
La mayoría de los grupos actuales de mariachi visten de negro o blanco. De acuerdo al reglamento de la charrería, el traje del charro es de color negro solamente para ceremonias tales como bodas o funerales. Sin embargo, entre mariachis se usa cualquier color y combinación así como ornamentos distintos a los usados por los practicantes de la charrería. Estas vestimentas se adornan con calados de gamuza y/o con botonaduras, que pueden ser de metal troquelado en plata o acero vaciado.
Los primeros mariachis integrados por mujeres aparecieron en la Ciudad de México a mediados del siglo XX.
En noviembre del 2011, la UNESCO inscribió a “El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta” como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.