El Camino Real de Tierra Adentro, también conocido como el Camino a Santa Fe, era una ruta comercial de 2560 kilómetros de longitud que iba desde la Ciudad de México hasta la ciudad de Santa Fe, Nuevo México, EE. UU. de forma activa desde mediados del siglo XVI hasta el siglo XIX. En su porción central, se encontraban importantes yacimientos de plata, a esta porción del camino que comunicaba la Ciudad de México con estos yacimientos en Zacatecas se le llamó la Ruta de la Plata, o el Camino de la Plata; aunque con frecuencia se le llama así a todo el Camino Real de Tierra Adentro, pues la ruta completa tenía acceso a múltiples zonas y ciudades mineras de la Nueva España, productoras de plata y otros minerales, como lo eran además de Zacatecas, Pachuca, Querétaro, Guanajuato, Fresnillo, San Luis Potosí, Mineral del Monte, Chihuahua, Santa Bárbara y Parral, entre otras.
La ruta completa comprende a la Ciudad de México y al actual Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Chihuahua, en el país de México, y a los actuales estados de Texas y Nuevo México en EE. UU. Partía de la Ciudad de México, capital de la Nueva España, y pasaba por ciudades importantes como Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Ciudad Juárez y El Paso en Texas (ambas llamadas inicialmente "El Paso del Norte", o bajo el apodo que ahora solo le corresponde de manera oficial a la ciudad estadounidense: "El Paso"), y Las Cruces y Albuquerque en Nuevo México, antes de llegar a Santa Fe.
Este camino servía para transportar la plata extraída de las minas de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, así como el mercurio importado de Europa. En la Colonia permitió el desarrollo de diferentes poblaciones a partir de presidios, hospederías, mesones y haciendas que servían como puntos de apoyo para todo el camino, donde se proveían los viajeros que iban hasta allá, movidos por el descubrimiento de los minerales y después por el comercio. Además, los procesos que se desarrollaron durante tres siglos legaron un patrimonio cultural de gran valor que incluye archivos, obras de arte religioso y civil, manifestaciones musicales y festividades, cultura gastronómica y tradiciones orales.
En el año 2010, la Unesco incluyó una porción del Camino Real de Tierra Adentro como patrimonio cultural de la humanidad, bajo los criterios (ii): "testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico" y (iv): "ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana". La designación así, arrojó como zona núcleo a 3,102 hectáreas, con una zona de amortiguamiento de 268,057 hectáreas; repartida entre múltiples sitios.
Son 60 los lugares que fueron incluidos en la lista como Patrimonio Mundial, 5 de los cuales ya habían sido reconocidos bajo una denominación propia en el pasado (Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, San Miguel de Allende y Zacatecas). Cabe mencionar, que no se debe confundir la ruta histórica original con la nombrada por la Unesco, pues se ha excluido sitios de gran importancia para la ruta como lo es la ciudad de Chihuahua o la famosa Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio en el estado de Guanajuato, un punto clave para la ruta, por citar 2 simples ejemplos. Por esto, se ha planteado una posible expansión de la denominación en el futuro; actualmente el INAH realiza la búsqueda para encontrar tramos originales del camino en contexto, como puentes, empedrados, haciendas, etc.