La polka checoslovaca, la mazurca y redova polacas, el chotis escocés, las cuadrillas inglesas y el vals austriaco fueron llevados a México a mediados del siglo XIX en calidad de bailes de salón. La música fue adoptada e integrada a la música y al baile tradicionales de la zona norte y noreste del país. A finales del siglo XIX había ya una gran cantidad de composiciones locales inspiradas en estos ritmos, al extenderse la llama revolucionaria por todo el norte, tanto la polca como el corrido se convirtieron en una especie de “periódicos musicales”.
Hablando de danza, es evidente que la polca es de origen polaco y checoslovaco, y que fue traída a México durante la colonia, se baila en todo el país pero especialmente en los estados de Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas.
El vestuario con el que se baila la polka varía según la época. En tiempos de la colonia, la mujer bailaba con vestidos amplios, sombreros de pluma y algunas veces portaban una sombrilla; el hombre usaba jaqueé, pantalón rayado y botines. Otra vestimenta era un amplio vestido largo de cuello alto, mangas de “carnero” y zapatillas de charol con tacón muy delgado, en las manos lleva un abanico y en la cabeza un peinado de alto rol o se la cubría con un grazné (mujer). Traje de militar, gerrera, cuello alto, pantalones entrabucados y botines (hombre). Actualmente se utilizan trajes típicos del estado en el que se baila.
Los pasos de la polca son muy movidos, se ejecutan en forma de galope de tiempo en tiempo, el galope se interrumpe para cambiar de paso y de evoluciones.