La gastronomía de Sonora no solo se distingue por sus carnes. El estado cuenta con una importante producción agrícola y el mar también rinde sus frutos. Tanto en las poblaciones costeras como en la capital se pueden encontrar deliciosos mariscos como la jaiba, el camarón, los callos de hacha, las almejas y entre los pescados, el pargo, el jurel y la sardina. No dejes de probar la machaca, que nació por la necesidad de conservar la carne de res durante largas temporadas. Disfrútala como condimento, botana e incluso como plato fuerte o desayuno. Muchos platillos sonorenses se condimentan con chiltepín, un chile que nace de una pequeña planta silvestre, y se acompañan con "tortillas de agua" o "sobaqueras", que son parecidas a las tortillas de maíz pero mucho más delgadas, y que llegan a medir hasta metro y medio.
Además de la carne asada de excelente calidad, en tu visita a Sonora no dejes de probar los frijoles refritos, hechos con manteca de puerco, chile colorado y quesos cotija, requesón y Oaxaca; las chivichangas, tacos enormes de machaca, de frijol o de carne de res; la gallina pinta, guiso de chamorro con frijol y nixtamal; la sopa de tépari o frijol blanco; la vitualla de garbanzos y el colache de calabacitas.
Como digestivo te recomendamos el bacanora, un aguardiente parecido al mezcal que se fabrica a partir de la destilación del jugo de la cabeza asada de un maguey silvestre. Y como postre, prueba las tradicionales coyotas, una especie de empanada redonda, aunque de consistencia más dura. En su forma tradicional, se cocina solo con piloncillo, pero se ha innovado con otros ingredientes como cajeta, nueces, mermelada de distintos sabores y dulce de leche.